La pesca comercial en gran escala, es una actividad económica reciente en la Argentina, considerando que antes de 1960 el principal mercado era el interno.
En lo que respecta a la biomasa, su total es de aproximadamente 12 millones de toneladas. En 1997 se llegó al récord de 1.300.000 t de captura, exportándose por un valor de 1.000 millones de dólares. Este crecimiento motivó sin embargo la sobreexplotación de algunos recursos.
Para lograr la sustentabilidad de la explotación de una especie, es necesario limitar las capturas para evitar la sobrepesca para lo cual se establece la Captura Máxima Permisible (CMP) que es en toneladas, la que la Autoridad Pesquera autoriza a pescar en un año para una especie dada. Es importante precisar el concepto de Captura Máxima Permisible y su mayor amplitud con relación al del Rendimiento Máximo Sostenible (RMS) que es el máximo volumen de una población que puede ser explotada anualmente sin que su biomasa se vea afectada. Este último solamente incluye criterios de tipo biológico, mientras que para la fijación de la CMP se incluyen también consideraciones de tipo económico, social y político que permiten a los Estados ribereños disponer de una gama mayor de elementos para determinar los límites de la explotación de los recursos pesqueros conforme a sus necesidades e intereses.
La Administración Pesquera, es la que maneja el aprovechamiento de los recursos, mediante las medidas de conservación, el programa de investigación, la asignación de los permisos de pesca y toda la organización para el control de la actividad.
Elabora, propone y desarrolla la estrategia pesquera que fija objetivos y la forma de obtenerlos, con los medios existentes y a lograr en el futuro. Con ellos debe resolver los problemas de conservación del recurso, los económicos de la industria pesquera y los sociales emergentes del grupo humano que vive de la pesca.
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